¿En qué consiste el TFG?
- cunchasmagazine
- 10 nov 2021
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Silvia Caeiro | 10 de noviembre, 2021
El comienzo de un nuevo curso académico siempre conlleva dudas debido a los determinados retos a superar en cada uno de los niveles, las cuales siempre se amplifican cuando el nuevo curso implica el fin de un ciclo. Así como al finalizar el último curso de Secundaria el dilema varía entre dejar a un lad los estudios o continuar la educación accediendo a Bachillerato o a un ciclo medio de Formación Profesional, al término de Segundo de Bachillerato las cuestiones sobre cómo enfocar y continuar el futuro académico o profesional vuelven a emerger. Sin embargo, uno de los momentos que más dudas suscitan entre los estudiantes durante su vida académica es el fin de una carrera universitaria. Aunque el abanico de posibilidades para continuar suele ser inmenso e incierto, antes de dar por cerrada esta etapa todo universitario debe superar uno de los retos más importantes del último año en la universidad: el trabajo de fin de grado.
El trabajo de fin de grado o TFG es algo que todo estudiante con aspiraciones o no de realizar una carrera escucha durante toda su vida. Se sabe que existe, se sabe cuándo tiene lugar, pero ¿se sabe realmente lo que es un TFG? Seguramente la mayor parte de los estudiantes universitarios no sean conscientes por completo de en qué consiste un Trabajo de Fin de Grado hasta que llega el momento clave al comienzo de su último año, momento en el que deben hacer la elección del tema y del tutor sin entender realmente qué les espera durante los próximos meses.
La finalidad de llevar a cabo un Trabajo de Fin de Grado es que el alumnado demuestre los conocimientos y las competencias adquiridas a lo largo de la formación. Para entender en qué consiste solamente es necesario saber que se trata de un trabajo llevado a cabo de forma autónoma que se puede realizar siguiendo una modalidad individual o una modalidad grupal, en la que dos o tres alumnos y alumnas comparten un mismo proyecto. Para la realización del TFG los estudiantes cuentan con la orientación de un tutor o tutora que dinamiza y facilita el proceso, una figura que en el caso de la modalidad grupal debe coincidir. A pesar de que en cada universidad y facultad existe un procedimiento distinto para la asignación de los tutores y los temas, por norma general estos suelen ser escogidos por iniciativa de los propios estudiantes o, en otros casos, bajo un criterio determinado por los expedientes académicos.
Estructura y contenidos
La estructura y los contenidos del Trabajo de Fin de Grado pueden variar según la rama educativa y el tipo de proyecto escogido, ya que las partes de un trabajo de intervención son distintas de las de una revisión bibliográfica o un proyecto de investigación. Sin embargo, existen algunos apartados que suelen ser comunes e imprescindibles en todos los Trabajos de Fin de Grado, como lo son:
La portada, en la que se deben incluir los datos necesarios para identificar la universidad, el título del proyecto y al autor.
Un resumen que recoja de forma breve el contenido del TFG, teniendo en cuenta que una de sus funciones es ayudar al lector a decidir si le resulta interesante seguir leyendo.
El glosario o palabras clave. Sirven para clasificar el trabajo según las temáticas.
El índice, que recoja de forma ordenada los distintos apartados de la estructura del TFG. También se podría incluir un índice de figuras y tablas en el que se incluyan todas las utilizadas en el proyecto.
La introducción, una de las partes más importantes. En esta se presenta el tema del TFG, los motivos de la elección del tema y la manera escogida para abordarlo.
Los objetivos, en los que se expone la finalidad de la realización del trabajo
La hipótesis. En el caso de los proyectos de investigación se trata de la parte más trascendental, la cual será resuelta a lo largo del desarrollo del trabajo.
La metodología, donde se explicará cómo se van a alcanzar los objetivos planteados para el TFG.
El marco teórico, que supone una parte fundamental e incluso la base del trabajo. Consiste en una demostración del manejo del estilo de citación, el reconocimiento de los autores más importantes y actuales sobre el tema elegido, además de reflejar el tiempo empleado en la redacción del TFG a partir de la puesta de relieve de las distintas teorías, modelos o discusiones sobre la línea de investigación.
Las conclusiones, que implican una reflexión y discusión sobre el trabajo por parte del estudiante.
Y finalmente, la bibliografía.
Tips para afrontar el TFG
A pesar de que la simple idea de llevar a cabo el TFG habitualmente da vértigo por lo que implica y su extensión, en realidad se trata de un proyecto entre tantos ya superados a lo largo de la carrera universitaria. Resulta útil partir de esta idea para restarle trascendencia y evitar bloqueos por un excesivo miedo a su defensa, ya sea ante un Tribunal o ante el tutor o tutora.
En todo caso, aquí traemos cinco consejos o ‘tips’ para tener en cuenta antes de embarcarse en la emocionante aventura del Trabajo de Fin de Grado:
Una comunicación continua con el tutor o tutora. Es importante consultar todas las dudas posibles y enviar los avances con regularidad antes de avanzar en la redacción. Esto te evitará tener que borrar o modificar gran parte del trabajo.
Empezar a escribir lo antes posible, aunque sean notas breves. Sobre todo para una persona que se bloquea fácilmente con la redacción, esto les resultará útil para no tener que enfrentarse a una página en blanco más tarde.
Relacionado con lo anterior, en cuanto a aquellas personas que puedan sentir que lo que redactan no es lo suficientemente bueno, también resulta útil comenzar redactando de manera informal y sin pretensiones. Esta es una forma de dar pequeños pasos que ayudarán a no partir desde cero, teniendo la opción de editar y mejorar posteriormente lo que ya esté hecho.
Realizar una lista con las tareas pendientes, ordenadas en función de la dificultad adaptada a cada persona. De esta forma, los días de mayor motivación se podrán abordar las tareas menos atractivas, pero los días malos o de menor concentración puede optarse por llevar a cabo una tarea mecánica o asequible para no desaprovechar el tiempo.
Identificar a qué tareas no vale la pena dedicarle horas y a cuáles sí. Algunas veces tardamos demasiado tiempo en arrancar o nos centramos en cuestiones que realmente no son tan importantes ni necesarias para el trabajo. Resulta útil ser consciente de en qué momento debemos pasar a otra cosa para no seguir perdiendo el tiempo con una tarea menor.
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